El dolor de haberte conocido

¿Alguna vez han conocido a alguien que les haya atraído tanto que no podían dejar de pensar en él?

¿Alguna vez han querido tanto a alguien que les asustaba la idea de estar sin él?

¿Alguna vez han odiado tanto a alguien, sin embargo, no podían estar sin él?

¿Alguna vez han sentido que se ahogaba en un vaso de agua y no había forma de salir aunque trataran con todas sus fuerzas?

Bien, eso es lo que le pasó a nuestra protagonista, Nina. Ella pasó de ser una chica feliz a sufrir en silencio. ¿Quién diría que unas simples galletas podrían cambiar el rumbo de su vida? Por desgracia, no fue para bien.

El día en que conoció a Charles fue un día como cualquier otro. Ese día quiso ser amable y le regaló unas galletas que él aceptó con una gran sonrisa. Le dio las “gracias” y ella se fue, pensando que no lo volvería a ver de nuevo. Pero no fue así.

Al día siguiente lo vio de nuevo. Estaba esperando el autobús cuando él se acercó y le habló. Fue cuando todo empezó. Bastaron solamente cuatro meses para que ella se enamorara, llorara, se enojara y sufriera. Cuatro meses en los cuales solo conoció dolor. ¿Alguna vez recibió amor? Nunca fue correspondido.

“Tengo muchos problemas ahora en mi vida”... tenía dos novias más. “No te puedo dar mucho”... ella le dio un montón.

Él nunca la valoró y aunque ella sabía que debía alejarse, no podía. Jamás había pasado por algo así.

Todo el tiempo se preguntaba “¿Por qué no lo puedo dejar ir? Estoy segura que ya tiene mi repuesto”.

Nunca fueron nada oficial, pero él se quedó grabado profundamente en ella.

Y ante todo esto, ¿qué sentía él?

“Yo estoy bien. Si hubiéramos sido algo, hubieras traído muchos problemas a mi vida”.

Es estúpido pensar que alguna vez él haya sentido algo por ella. ¿Por qué? Por qué cada vez que ella se abría con él y le mostraba como era, él se enojaba y decía “tienes que madurar”.

Supongo que es el tipo de respuesta que recibes cuando quieres salir con alguien mayor.

Ella lo aprendió a la mala, pero aún no podía salir de ahí. ¿Alguien notó su cambio? Ni idea.

Sus amigas le decían “Olvídalo. Bloquea su número. Aléjate.” Cómo si fuera lo más fácil del mundo.

¿Y porqué ella no se alejó? Porque tenía miedo a sufrir el doble. Mientras ella no quería saber nada de amor o de relaciones de pareja y prefería quedarse soltera para siempre y así evitar sufrir, él estaba como si nada hubiera pasado. Como siempre le dijo “A mí no me afecta. Se va una, vienen tres más”.

Ojalá fuera lo mismo para ella. Ojalá le fuera tan fácil olvidar. Ella sabe que algún día estará bien, pero por ahora, solo le queda llorar.